Situado enfrente de la fachada de la catedral, el Battistero di San Giovanni está considerado como el edificio más antiguo de la Piazza del Duomo. Era el símbolo de la comunidad cristiana y en él se celebraban los bautizos. Al igual que los otros edificios de la plaza, cuenta con un revestimiento de mármol blanco y verde.
Entrando en su interior, lo más sorprendente es el mosaico bizantino de la cúpula. Sus colores dorados recuerdan a los de la Basílica de San Marcos en Venecia. Además, también encontraréis la tumba del antipapa Juan XXIII.
Dante crea la leyenda de que el Battistero di San Giovanni era en su inicio un templo romano en donde se adoraba al dios Marte, considerado el dios tutelar de la antigua Florencia. Pero sin ser más que eso, una leyenda. Sin embargo, hallazgos arqueológicos en el siglo pasado demostraron que existía un muro romano que atravesaba la plaza de esa zona. Quizás Dante no iba muy desencaminado con su leyenda. Lo que se sabe con seguridad es que el primer baptisterio construido ahí fue en el siglo IV-V y que un par de siglos después se remplazó por otro baptisterio, pero cristiano.
Después, las reformas del siglo VII le dieron al edificio el aspecto actual. En 1059, el papa Nicolás II consagró la basílica como catedral de Florencia. En 1128, el edificio se nombró, oficialmente, baptisterio de la ciudad y, a mediados de ese año, se cubrió de mármol el exterior y el interior. Entre los siglos XIII y XIV, se hicieron el suelo, el ábside, la cúpula octogonal y el mosaico interior.
Como en esa época el sacramento del bautismo sólo era aplicado dos veces al año, fue necesario abrir tres puertas para permitir el acceso de la multitud de fieles en una ciudad que ya contaba con más de treinta mil habitantes.
Es un edificio de planta octogonal, forma propia de las pilas bautismales bizantinas y medievales que se cree que buscaba recordar el octavo día de la semana, símbolo de la Resurrección y la Eternidad en el cristianismo, de la que sólo sobresale un ábside rectangular orientado hacia el oeste, con tres puertas orientadas hacia el oeste, norte y sur y gran cúpula de ocho segmentos y más de 25 metros de diámetro.
Sus ocho fachadas están decoradas con mármoles blancos de Carrara y verdes de Prato formando tres cuerpos. El primero organizado con pilastras corintias. El segundo con tres grandes arcos ciegos de medio punto por cada lado apoyados sobre semicolumnas poligonales también corintias. El tercero con pilastras acanaladas del mismo orden sobre el que se apoya la cubierta.
Son muy importantes las tres puertas de bronce, realizadas por orden del potente gremio del Arte de la Lana, que, en el siglo XIII, era el responsable de la administración del Baptisterio y de San Miniato a Monte.