La fotografía policíaca de Bertillon
Desde 1840 se utilizaba el daguerrotipo para fotografiar a detenidos y delincuentes. Pero no era un formato adecuado por su propia naturaleza: demasiado frágil y delicado como para ser utilizado en identificaciones policiales. No sólo el soporte del daguerrotipo era inadecuado, también la forma de tomar la fotografía al sujeto en cuestión.
Las primeras fotografías tomadas a delincuentes, eran semejantes a las carte de visite, donde el criminal posaba como para un retrato de estudio. Aunque no era manera idónea, era la única de que se disponía en ese momento.
Bertillon, en 1879, entra como auxiliar en la Prefectura de París y comienza a buscar la mejora a la hora de identificar a los delincuentes utilizando el sistema antropométrico, . Para él los sistemas de que disponían en el cuerpo policial no eran efectivos. Así que en solitario comenzó a idear un método práctico y definitivo.
El Bertillonaje
Este sistema se basa en la medición de diferentes partes del cuerpo: altura; envergadura con los brazos abiertos y contorno de busto con el sujeto sentado; la longitud y anchura de la cabeza; longitud del dedo medio de la mano izquierda; del pie izquierdo y del antebrazo izquierdo.
Junto con las medidas físicas, se realizaba un registro de marcas y señales características del individuo, tales como lunares, tatuajes o cicatrices. Una vez reunidas todas estas particularidades, elaboró una metodología para su registro y futura comparación entre ellos.
Para el año 1883 había conseguido componer un fichero de más de siete mil registros que habían dado sus frutos a la hora de identificar y detener criminales. Dado el éxito del sistema de medición, se le concedió la dirección del Taller fotográfico de la Prefectura de Policía de París, donde puso en marcha el siguiente paso de su método referido a la fotografía policíaca.