La Biblioteca Nacional Austriaca es una de las bibliotecas históricas más bonitas del mundo. El emperador Carlos VI encargó la construcción de esta joya arquitectónica del barroco en el siglo XVIII, para utilizarla como biblioteca de la corte.
La sala principal de la Biblioteca Nacional Austriaca es la Sala Imperial (Prunksaal), una estancia imponente con una longitud de más de 70 metros.
Allí, en un ambiente idílico, rodeados de estatuas de mármol, pinturas y frescos en el techo, se encuentran las estanterías de madera de castaño en las que se conservan más de 200.000 libros impresos entre los años 1500 y 1850.
También se pueden encontrar papiros, manuscritos, incunables, libros antiguos, mapas, partituras musicales, autógrafos, grabados o esferas y globos terráqueos y celestes.