Hay veces en las que uno no sabe muy bien que decir. Sobre todo si es alguien como yo al que le cuesta expresar con palabras lo que viví en la boda de Daniel y Gloria. Pero habrá que intentarlo.
Ampudia, localidad palentina, era el lugar elegido por los novios para la celebración de su enlace. Así que temprano cogí el coche desde Toledo para llegar allí. Fue dejar las cosas, comer algo y empezar a trabajar los preparativos con Gloria. Un poco más tarde, mi compañero Kike, hacía lo propio con Daniel. Ambos se vistieron en las habitaciones del Hotel Casa del Abad, a pocos metros uno del otro. Quizás en este punto el novio estaba un poco más nervioso que la novia, que bien rodeada de sus amigas y familiares tenía tiempo para bromear. Y que conste que yo casi siempre era el último en pillar los chistes.
La ceremonia tuvo lugar en laiglesia colegiata de San Miguel donde destacan su campanario y su precioso altar. Si bien es cierto que nosotros encontramos todo un lateral en reconstrucción en su interior. Pero eso era lo de menos porque Daniel aguardaba impaciente el momento de ver a la novia entrar por esa puerta y avanzar hacia él. Siempre es uno de los momentos más esperados, por los novios, pero también para mí como fotógrafo. Porque sé lo especial de ese instante. Y una vez casados, todos aguardaban fuera de la iglesia para lanzar pétalos y arroz con los mejores deseos para la pareja.
Después tuvimos un poco de tiempo para cumplir una petición especial de los novios. No era otra que fotografiarse en el Castillo de Ampudia. Un lugar idílico, con unas vistas impresionantes. Pero también un momento de relax para ellos una vez se habían pasado los nervios del enlace. Mientras los invitados acudían al hotel para el cóctel y el convite.
La entrada fue fantástica con los más peques del evento abriendo paso con globos y creando un pasillo por el que recorrer sus primeros pasos como marido y mujer mientras de fondo sonaba la canción que acompaña a nuestro vídeo. Ya, después de eso, sólo quedaba disfrutar con todos y cada uno de los invitados. Eso sí, aún hubo alguna sorpresa durante la cena. Porque los novios entraron al salón con la música de juego de Tronos, cortaron la tarta con la misma temática y varios de sus familiares y amigos recibieron regalos para agradecer todo lo que han aportado a sus vidas.
Todo esto antes de llegar al momento del primer baile, coreografía incluida. Pero ya se acabaron las formalidades porque era tiempo de disfrutar, de bailar, de saltar, de reír y de ver al novio dominando la pista de baile.
Pero esto sólo era el planning que llevó el día, porque si tengo que hablar de sentimientos he de decir que no puedo estar más contento. Por el trato recibido de los novios, por su confianza, por haber sido ellos mismos y habernos acogido en un día tan especial de la manera que lo hicieron. Las familias, siempre tan importantes, que nos cuidaron desde el primer minuto y hasta el final. Amigos, los que nos acogieron en su mesa para cenar y para echarnos unas buenas risas y todos los que nos regalaban una sonrisa cuando nuestra cámara les fotografiaba. Maquilladoras, personal de sala, dj, párroco. A todos vosotros, gracias por hacer que nuestro trabajo sea un motivo de felicidad.
Vale, ya paro de hablar y os dejo con el video con algunas de las fotos de la boda y con un amplio resumen fotográfico de este maravilloso 31 de agosto de 2019.