La Catedral de Viena, conocida como Stephansdom, es el símbolo religioso más importante de la ciudad impreial. Se levantó sobre las ruinas de una iglesia románica dedicada a San Esteban construida en 1147, aunque del antiguo templo sólo se conservan la Puerta de los Gigantes y las Torres de los Paganos.
Está coronada por una gran torre con forma de aguja (Steffl) construida en estilo gótico que, con sus 137 metros de altura, puede verse desde diferentes puntos de Viena. Después de una ardua subida en forma de escalera de caracol, desde el mirador de la torre se obtienen unas preciosas vistas del centro de la ciudad.
Una vez dentro de la catedral de Viena se pueden observar diversos estilos arquitectónicos provenientes de diferentes épocas; la nave central, las capillas laterales y el coro proceden de una de las reconstrucciones realizada en estilo gótico y algunos de los edificios laterales fueron reconstruidos en un estilo barroco.
El interior de la catedral alberga los restos mortales de gran parte de los miembros de la familia Habsburgo y fue el lugar de boda y posterior funeral de Mozart.
Las bóvedas de Stephansdom guardan innumerables obras de arte procedentes de diferentes siglos. Algunos de los puntos más interesantes de la catedral son los siguientes: