
Cómo ser un fotógrafo profesional
Aún recuerdo cómo llegué al mundo de la fotografía. A veces me digo que fue de rebote y otros que era el destino. Pero fuera lo que fuese tenía la ilusión de empezar con algo nuevo y completamente diferente de lo que había hecho hasta ahora. Quizás en tu caso sea vocacional o puede que te identifiques con mi situación. En cualquier caso debes saber algo: ser fotógrafo es fácil; lo difícil es la profesionalidad.
¿Fotógrafo profesional?
Habrás pensado muchas veces lo que diferencia a un amateur, un aficionado de un verdadero fotógrafo profesional. Lo siento, de verdad, si piensas que yo tengo la respuesta correcta. Lo único que puedo hacer es contarte mi experiencia.
He escuchado frases como: «soy profesional porque me pagan por ello«, «lo soy porque tengo un equipo que usan los profesionales«. O también afirmaciones tipo: «soy fotógrafo profesional porque dedico mi tiempo a ello«. Bueno, sin entrar a valorar cada una de ellas te diré que la profesionalidad, para mí, es más bien una actitud. Una actitud que puede tener diferentes vertientes.
Las claves para ser un fotógrafo profesional (Versión personal)
- La primera es la de mejorar. Si tu ejemplo es como el mío y partes de cero, debes crear unas bases sólidas que te permitan conocer y manejar todos los elementos que componen la fotografía. Hablo de la parte técnica de la cámara, pero también de la luz o de la composición. Si ya tienes todo eso asimilado no caigas en la complacencia. Sigue aprendiendo, sigue formándote.
- Pasamos en segundo lugar a la parte comercial, la del negocio. Porque si quieres trabajar y vivir de tu fotografía, debes ante todo, respetar la profesión. Tirar los precios para que te contraten no debería ser tu estrategia. Quizás puedas hacer alguna colaboración o escribir a ese fotógrafo que tiene un trabajo que te gusta a ver si aceptaría que le acompañases a una sesión para ir cogiendo experiencia. Pero aprende a valorar y cuantificar el esfuerzo que supone hacer tu trabajo.
- Podría hablar de muchas más cosas, pero terminaré con un tercer punto más personal. La profesionalidad depende de la actitud con la que tratas a las personas. Hace un tiempo que me dedico especialmente a la fotografía de boda y he descubierto algo: me encanta tratar con la gente. Ellos tienen una necesidad y tú (en este caso yo) tienes la solución. Así que sé sincero, habla con naturalidad, diles cómo trabajas. Haz que entiendan que estás ahí para ellos. Por eso, cuando me piden presupuestos a través del formulario web o de portales especializados mi respuesta es siempre la misma: nos vemos y os cuento.
En realidad esto es sólo una opinión, que podría dar para escribir un libro. Pero hoy tenía ganas de contaros algo más sobre nosotros. Porque así concebimos nuestra forma de trabajar. A disfrutar de la tarde que en nada nosotros estamos de boda.




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