Aún recuerdo cómo llegué al mundo de la fotografía. A veces me digo que fue de rebote y otros que era el destino. Pero fuera lo que fuese tenía la ilusión de empezar con algo nuevo y completamente diferente de lo que había hecho hasta ahora. Quizás en tu caso sea vocacional o puede que te identifiques con mi situación. En cualquier caso debes saber algo: ser fotógrafo es fácil; lo difícil es la profesionalidad.
Habrás pensado muchas veces lo que diferencia a un amateur, un aficionado de un verdadero fotógrafo profesional. Lo siento, de verdad, si piensas que yo tengo la respuesta correcta. Lo único que puedo hacer es contarte mi experiencia.
He escuchado frases como: «soy profesional porque me pagan por ello«, «lo soy porque tengo un equipo que usan los profesionales«. O también afirmaciones tipo: «soy fotógrafo profesional porque dedico mi tiempo a ello«. Bueno, sin entrar a valorar cada una de ellas te diré que la profesionalidad, para mí, es más bien una actitud. Una actitud que puede tener diferentes vertientes.
En realidad esto es sólo una opinión, que podría dar para escribir un libro. Pero hoy tenía ganas de contaros algo más sobre nosotros. Porque así concebimos nuestra forma de trabajar. A disfrutar de la tarde que en nada nosotros estamos de boda.
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