Puede que esta vez me haya tocado trabajar con un niño con el que he conectado de una manera muy espontánea. Juega al baloncesto. Yo soy entrenador. Así que podéis imaginaros lo bien que nos hemos entendido.
Y para más facilidades, tanto él como su hermano son personas muy curiosas. Me preguntaron muchas cosas sobre la cámara, el flash, la fotografía. Personalmente, estuve encantado de responder a esa sed de conocimientos. Me encanta despertar esa curiosidad con mi trabajo.
Además, descubrí en Iván a ese personaje gamberrete que todos tenemos dentro. Fue muy divertido porque ni siquiera le tenía que decir cómo posar. Él ya sabía lo que quería. Incluso tiro de imaginación para hacer fotografías en sitios concretos que le llamaron la atención.
Así que en esta sesión de Primera Comunión en Toledo con Iván, el único y mejor resumen que puedo hacer es ¡Qué bien que nos los pasamos!