Joseph Nicéphore Niépce
Fue un prolífico inventor, no sólo del mundo de la fotografía. Diseñó un motor de combustión interna antes de interesarse por la novedosa técnica de la litografía. Este proceso consiste en trazar un dibujo, un texto o una fotografía en una piedra calcárea o una plancha metálica.
El dato curioso, de esos que nos gusta contar, es que su obstinación por fijar imágenes se debía a que era un pésimo dibujante.
Recubrió placas de peltre con diversas sustancias fotosensibles e intentó luego copiar sobre ellas diversos grabados situándolas bajo la luz solar. Fueron varios años en los que siguió experimentando con las sustancias que interaccionaban con la luz, pero con resultados poco alentadores.
A partir de 1822, logra reproducir unos dibujos puestos en contacto con soportes emulsionados de betún (placas de vidrio, piedras calcáreas, y luego placas de cobre o de estaño). Nace así el fotograbado.