La semana pasada hablamos sobre el primer precursor de la fotografía: Aristóteles. Te sorprenderá el salto en el tiempo que estamos a punto de dar. Probablemente existan muchas otras referencias al origen de la fotografía. Pero para no hacer eternas estos posts recurriremos a los grandes hitos. ¿Quieres saber quién es nuestro siguiente protagonista? Bienvenido a la nueva entrada Los pioneros de la fotografía: Alhazén.
Y quizás lo ideal sea ponernos en antecedentes. Breve y divertido, lo prometo. Multitud de médicos y filósofos antiguos creían en una teoría que recibía el nombre de teoría de la emisión o extromisión. Platón, Ptolomeo o el famoso médico Galeno la defendían. ¿En qué consistía? Espera, que ahora nos echamos unas risas.
«Los ojos resultan activos y disparan partículas infinitamente rápidas que iluminan todo lo que hay en el entorno y por eso es posible la visión.»
Cómo mola eso de tener poderes. Pero volviendo a la realidad. Nuestro siguiente erudito cambió la forma de ver las cosas. Nunca mejor dicho.
Avanzamos en el tiempo, más un milenio después (Siglo X d.C.) hasta encontrar a Abu Alí al Hasan Ibn al Haythan. Sí, debieron pensar que era muy largo y complicado. Conocido como Alhazén, estamos ante el padre del método científico. Pero, sobre todo, a uno de los primeros estudiosos de la óptica.
Su Libro de Óptica, con siete volúmenes, recogía sus colosales descubrimientos. Y aunque Francis Bacon y René Descartes establecieron el método científico moderno, hay que reconocer que Alhazén lo hizo primero.
Y como este tío me fascina te contaré más cosas sobre él. ¿Preparado?
Alhazén debía ser un personaje de cuidado. Lo digo porque hay evidencias de que se jactaba que podía domar el río Nilo construyendo un dique que evitaría las inundaciones. Vamos, que era una mente prodigiosa, pero iba de listillo.
Así que el califa egipcio de la época, conocido como el Califa loco, lo invitó a hacerlo realidad. Y cuando Alhazén se dio cuenta de que era imposible recurrió a una salida poco original: se hizo el loco. Aún así, no se libró y acabó encarcelado.
Vuelta a las casualidades, o no, en medio de la oscuridad de su celda un rayo de luz se colaba por un diminuto hueco. El resultado era la proyección de la imagen del mundo exterior sobre la pared opuesta. Así que decidió aprovechar el tiempo. Total, iba a pasarse una temporada allí.
Después de su salida de las estancias carcelarias realizó diversos experimentos. Recuerda que son la base del método científico que él mismo promulgó. Aquí te dejo un pequeño listado de sus descubrimientos.
Aún quedan varios personajes por descubrir, pero la próxima semana explicaremos uno de los descubrimientos de uno de los pioneros de la fotografía: Alhazén. Para descubrirlo tendrás que esperar un poco, pero mientras, recuerda que sigue en pie nuestro reto fotográfico. ¿Te atreves con él? Puedes leerlo aquí.
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