Mathew Brady. La Guerra de Secesión

Mathew Brady y la Guerra de Secesión

Llega el martes y toca volver a las andadas con un nuevo post sobre la Historia de la Fotografía y sus personajes más relevantes. Hoy es el turno para Mathew Brady.

Advierto que puede resultarte inusualmente largo, pero hay mucho que contar sobre uno de los pioneros en documentar conflictos bélicos. Porque aunque antes ya lo hubieran hecho otros sus formas fueron lo que realmente le llevaron a obtener la inmortalidad fotográfica. 

Mathew Brady

Mathew Brady

Nuestro protagonista era uno de los retratistas más afamados de Estados Unidos cuando decidió documentar fotográficamente la Guerra de Secesión.
 
Curiosamente, en sus inicios, fue discípulo de Morse (sí, el del código) que es considerado como el introductor de la fotografía en EEUU. Tal fue su talento que en la primera Feria Mundial de 1851 en Londres ganó la máxima distinción para los retratos en daguerrotipo.
 
Su fama le permitió abrir varios estudios que se caracterizaban por sus galerías fotográficas donde exhibir sus retratos de americanos destacados. Manhattan (Galería en Miniaturas y Gallery of Illustrious Americans), Washington DC (Brady’s National Photographic Art Gallery) o NYK (National Portrait Gallery) son algunos de ellos con sus respectivas galerias.

Sus retratos

De toda su cadena de estudios la de Washington era la más importante. Su clientela habitual estaba compuesta por diplomáticos, militares y líderes políticos. Tal era la magnitud de los personajes que le visitaban que llegó a afirmar: «mi principal misión consistía en inmortalizar los rostros de los padres y madres que han hecho historia«.
 
Más que un fotógrafo, Brady era una marca comercial por aquellos entonces. Muchos de los retratos que aparecían en su galería ni siquiera eran de su autoría, sino de algún miembro de su estudio. Así, consiguió aumentar su archivo de celebridades por encima de las diez mil fotografías.
 
Algunos de esas personalidades retratadas fueron los escritores Walt Whitman, Edgar Allan Poe, Quincy Adams, Mark Twain, o los presidentes de Estados Unidos, desde Quincy Adams a William McKinley pero sin duda uno destacaba por encima de todos: Abraham Lincoln. Y es que uno de sus retratos fue utilizado por el pintor Francis Carpenter para la efigie que figuraría en el billete de cinco dólares durante décadas. Eso sí, la autoría de la fotografia es para Alexander Gardner, uno de sus principales colaboradores.
Abraham Lincoln
Guerra de Secesión - Retratos - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
Guerra de Secesión - Retratos - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
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Guerra de Secesión - Retratos - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
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La Guerra de Secesión

 

El conflicto y la visión de Brady

Las posturas sobre la abolición de la esclavitud y la confrontación de una sociedad industrial opuesta a otra agraria y esclavista, así como el deseo del control gubernamental provocaron que la joven nación sufriera una grieta al crearse la Unión Americana y los estados Confederados. Norte contra sur se enfrentaron en una de las contiendas armadas más importantes del siglo XIX.

Mathew Brady decidió documentar fotográficamente el combate. Se consideraba explícitamente historiador a través de la fotografía y sintió que era su responsabilidad el proveer de un testimonio visual de los eventos e individuos cruciales para su tiempo y se organizó rápidamente para registrar todos los aspectos de la guerra. Sus buenos e influyentes contactos en Washington le otorgaron los permisos necesarios para registrar fotográficamente el conflicto. No sólo obtuvo una autorización, incluso logró la protección del Servicio Secreto.

 

La estrategia

Sin embargo, había que documentarlo todo pues nadie sabía cuál de los más sencillos soldados podría convertirse en el próximo gran héroe o qué paraje desolado podría ser el seno de la siguiente batalla legendaria y gloriosa. Documentarlo todo era la misión del equipo de fotógrafos y laboratoristas de Brady. Así, durante la guerra trabajaría con una veintena de fotógrafos como Alexander Gardner, Timothy O’Sullivan y George Barnard entre los más destacados.

 

Bull Run

A pesar de que el grueso de las fotografías fueron realizadas por sus operadores, Brady inició personalmente el registro en la batalla de Bull Run, la primera del enfrentamiento. Para ello mandó transformar un buggy en laboratorio que quedó destruido en esta batalla, creyéndose que había muerto en su interior. 

Es entendible que Brady obtuviera el permiso de Lincoln y que hubiese tomado el bando de la Unión, sin embargo resulta sorprendente saber que el fotógrafo también logró ganarse la confianza de los máximos líderes, Jefferson Davis (Presidente) y el general Robert E. Lee (comandante de las Fuerzas Confederadas), para hacer fotografías del otro bando. Nadie sabe cómo lo logró.

Guerra de Secesión - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
Guerra de Secesión - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
Guerra de Secesión - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
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Guerra de Secesión - Retratos - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
Guerra de Secesión - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
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Guerra de Secesión - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
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Guerra de Secesión - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
Guerra de Secesión - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía
Guerra de Secesión - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía

Los conflictos de Brady

La autoría fotográfica

Aunque era de todos conocido que las fotografías del Estudio Brady no eran de su propia creación, el conflicto autoral resultó inevitable. El hecho de que Brady no presionara el obturador no le detenía para reclamar la paternidad de todas y cada una de las fotografías al tiempo que omitía los nombres individuales de sus empleados de los créditos y persistía en la injusta práctica de firmar colectivamente como el «Estudio Mathew Brady».

Como era de esperarse, llegó el momento en el que los operadores decidieron reclamar su crédito y conservar los negativos realizados en sus tiempos libres. Brady se negó tajantemente y muchos de sus fotógrafos decidieron entonces emprender su aventura en solitario. Este problema se agudizó ya que no podía disparar su propia cámara porque según cuentan había comenzado a perder la visión.

La cruda realidad de la Guerra de Secesión

Pero el conflicto autoral no era el único problema que empañaba los días de Brady: el público comenzó a incomodarse con lo explícito de las fotografías que se exhibían en su estudio. En el pasado, autores como Roger Fenton en la Guerra de Crimea, Langlois y Méhédin o Durand-Brager ya habían cubierto conflictos bélicos, pero siempre mostrando evocaciones indirectas, como imágenes de ruinas o campos de batallas sin cadáveres. Brady quería documentar todo lo que ocurría así cubrió sus galerías con despiadadas imágenes con cadáveres en el suelo o apilados lo que despertó reticencias en los espectadores.

Sin embargo el New York Times publicó una nota sobre el impacto de estas imágenes el 20 de octubre de 1862:

Guerra de Secesión - Historia de la Fotografía - José Álvarez Fotografía

“…Brady ha realizado algo para hacernos presentes la terrible realidad y seriedad de la guerra. Si no ha traído cuerpos y los ha tirado frente a nuestras puertas y a lo largo de las calles, ha hecho algo muy parecido. En la puerta de su galería cuelga un pequeño letrero: Los muertos en Antietam. Multitudes de personas están subiendo continuamente esas escaleras; síguelas, y se las verá inclinadas sobre las vistas fotográficas de ese aterrador campo de batalla, realizadas inmediatamente después de la acción…

Esas imágenes poseen una terrible nitidez. Con la ayuda de una lente de aumento, se pueden distinguir los rasgos de los seres muertos. No desearíamos estar presentes en la galería cuando una de las mujeres allí inclinadas reconocen a un marido, a un hijo o un hermano en esas hileras de cuerpos, rígidos y sin vida, que yacen ya puestos para ser volcados a las trincheras…” 

New York Times, 20 de octubre de 1862

 

El final de Mathew Brady

Cuando terminó la Guerra de Secesión, Mathew Brady contaba con la cobertura fotográfica más completa jamás realizada de una contienda bélica. Había capturado desde la primera gran batalla en Bull Run del 21 de julio de 1861 hasta la victoria final del ejército de la Unión en Appomattox en abril de 1865.

Pero si pensó que podría realizar un negocio con las imágenes de guerra claramente se equivocó. Al finalizar la Guerra Civil, Brady se enfrentó al rechazo de una sociedad que quería olvidar ésta y, por lo tanto, cualquier imagen que le recordara el episodio. Los mismos que alabaron el valor histórico de la colección le dieron la espalda cuando Brady quiso colocar a la venta sus placas. Diez años lo intentó hasta que se quedó sin dinero para pagar el alquiler de la bodega donde almacenaba las fotografías.

Al final de su vida Brady declaró que “Nadie sabrá jamás por lo que pasé para asegurar esos negativos. El mundo nunca podrá apreciarlo. Cambiaron el curso de toda mi vida.

Y con esto se acaba una nueva entrega de Historia de la fotografía. Espero te haya resultado interesante la lectura sobre Brady. Si quieres saber más tan sólo tienes que permanecer atento a mi blog. Los martes de cada semana porque iré publicando nuevas entregas.