El Piazzale Michelangelo es el mirador más concurrido de la ciudad al atardecer. Y tiene una explicación más que lógica. No encontrarás mejor lugar para disfrutar de la puesta de sol en Florencia. Desde aquí podrás divisar los principales monumentos: Ponte Vecchio, Palazzo Vecchio, Il Duomo, Il campanile de Giotto, la Iglesia de la Santa Croce y el río Arno. Sin duda, un lugar al que deberías reservar un tiempo durante tu visita a Florencia.
Florencia era la capital de Italia en este período, 1869, y toda la ciudad sufría una intensa renovación urbanística. Se crearon los lungarni (las calles que siguen el curso del Arno); y en el lado izquierdo de las murallas del siglo XIV se trazó una calle panorámica arbolada de 8 km, actualmente llamada Viale dei Colli, en cuya cima se construyó el Piazzale Michelangelo, como terraza panorámica sobre la ciudad. El Piazzale Michelangelo se construyó siguiendo el diseño del arquitecto Giuseppe Poggi.
En 1873 se llevó una copia del David de Michelangelo a la plaza con la ayuda de nueve pares de bueyes. Este monumento ocupa una posición privilegiada, observando la ciudad desde lo alto como un guardia atento a todas las bellezas que la ciudad de Florencia ofrece. Esta plaza fue dedicada al gran artista renacentista Miguel Ángel y la copia del David fue ubicada en el centro de la plaza junto a las cuatro alegorías de las Capillas de los Medici de San Lorenzo. Poggi diseñó también la logia en estilo neoclásico como museo para las obras de Miguel Ángel, pero este museo nunca se construyó y actualmente alberga un restaurante panorámico.
La Plaza de Miguel Ángel o mejor conocida en italiano como Piazzale Michelangelo es uno de los mejores miradores de Florencia. Si no el mejor. Es el punto de observación más famoso para apreciar el panorama de la ciudad en todo su esplendor además de ser una atracción que ningún turista se puede perder en su visita a Florencia.
La subida al mirador se hace puede hacer desde el Ponte Vecchio ya que está bien indicado, aunque prepararos para subir unos cuantos escalones. Sin duda que merece la pena. El mejor momento para visitarla es el atardecer, claro, justo como habrán pensado el resto de turistas de la ciudad. Por ello, es mejor que subas con tiempo y cojas un lugar privilegiado para hacer las mejores fotografías. Ya, con la caída del sol la gente vuelve al centro de la ciudad y se queda un ambiente muy tranquilo para disfrutar de las vistas.