
Una nueva postboda en Toledo. Esta fotografía está hecha en una de sus muchas paredes de piedra, pero bien podría ser en cualquier rincón de cualquier ciudad. Y siendo sinceros, dudo mucho que David & Cristina, cuando pase el tiempo, recuerden exactamente el lugar donde fue tomada esta fotografía. Pero ¿a quién le importa eso?
Hace tiempo asumí que en la vida es muy complicado ser el mejor de algo. Ahí sólo llega uno. Así que como fotógrafo tomé esa lección y la apliqué. ¿Cómo? Pues decidiendo vivir el momento sin preocuparme de si ese paso era el definitivo para acercarme a ser mejor. Y entonces descubres lo que es disfrutar, sin presiones, sin condiciones.
De ayer me queda los maravillosos momentos que compartí con dos personas que han decidido pasar su vida juntos. Con su cuñada que no paraba de contribuir al buen ambiente y con mi compañero fotógrafo que es un currante del carajo. Bueno, me quedan muchas más cosas. Como esta fotografía que hoy os comparto porque me parece que en ella hay mucho amor.
Y no quiero terminar esta entrada sin dejar un consejo para los fotógrafos, pero aplicable a cualquier momento: si ves algo que te gusta, ten paciencia, espera, disfrútalo y deja que la magia surja.