Trabajar con niños como entrenador de baloncesto me dio la posibilidad de conocer a Inés hace ya algún tiempo. Ella es una persona tímida, pero risueña y alegre cuando hay confianza. Y ahí ambos jugamos con ventaja. Porque ya habíamos coincidido en otras ocasiones, como la Primera Comunión de su hermano Gabriel o en las pistas de baloncesto. Así, la sesión fue mucho más natural, espontánea y auténtica.
Quizás una de las partes más bonitas de hacer fotografías de Comunión es la de sorprender. Reconozco que soy de centrarme mucho en las expresiones, en los gestos. Y para eso no se necesita un gran atrezzo. De hecho, casi prefiero que no lo haya. Pero hay veces que me apetece saltarme mis propias normas. En la sesión de Primera Comunión de Inés quise incluir algo más. También porque el hecho de conocernos me hacía pensar que estaría mucho más cómoda con un escenario donde poder interactuar. Así que manos a la obra y el resultado lo veréis ahora después.
La familia como parte de la sesión
La Primera Comunión de una persona es un acontecimiento importante. Por eso me gusta involucrar a los hermanos, los padres o incluso los abuelos que se presten a ello. Además, siempre nos acaban regalando momentos divertidos. ¿Quién no se chincha con su hermano?
Lo cierto es que estas fotografías son instantes que quedarán para siempre inmortalizados. Y hay veces que cuesta que todos salgamos en una foto, incluso que nos prestemos a ello. Así que lo considero una parte importante de las sesiones y por ello siempre le dedico unos minutos.
Como siempre, agradecer a la familia la confianza depositada en mi esfuerzo y dedicación. Sé de la responsabilidad de crear imágenes tan únicas y especiales así que trabajo duro para que siempre tengáis el mejor recuerdo posible. Ahora sí, aquí tenéis una amplia selección de las fotografías de la sesión de Primera Comunión de Inés.