Comenzaré diciendo que no soy nada de contar muchas cosas sobre mí. Escribo, borro, vuelvo a escribir. Pero al final siempre pretendo ser yo mismo, que es lo único que me hace sentir cómodo. Por eso, éste apartado no va a seguir los cánones de google, ni presentaciones formales.
Cuando era pequeñito fui un poco trasto, pero siempre con buen corazón. No paraba quieto, me encantaba estar en la calle y, sobre todo, hacer deporte. Así que acabé jugando al baloncesto, a pesar de no destacar precisamente por mi altura. Pero eso me hizo entender que debía esforzarme y luchar si quería jugar. No pretendía ser mejor que los demás, sino ser mejor que yo mismo al final del día. Ser humilde quizás no me haya permitido llegar muy alto, pero sí más lejos. Porque aunque siempre haya gente mejor que yo, mi constancia me hace seguir adelante, aprendiendo, mejorando y descubriendo que la curiosidad es el motor de mi mundo.
Esa mentalidad se quedó conmigo desde mi juventud hasta el día de hoy. Así que quizás no sueño con hacer grandes cosas, pero sí con pequeñas cosas que ayuden, sean útiles y sirvan a los demás.