Vrijdagmark se traduce como el mercado de los viernes y es el auténtico “kilómetro cero” de la ciudad. Conserva edificios de casi todos los siglos de su historia y, a diferencia de otras, es la plaza de todos: de los nobles, de los burgueses, de los obreros, de los artistas…
Desde aquí se hacían las proclamas. Cada vez que había un nuevo conde, venía aquí y se le leían los privilegios de la ciudad. También se celebraban los grandes espectáculos públicos, se organizaban torneos (el propio emperador Carlos V participó en alguno) y aquí llevó a cabo sus mayores ejecuciones el Duque de Alba.
En el centro de la plaza dos estatuas han sido colocadas a lo largo de los tiempos. La primera fue la de Carlos V como símbolo del poder del Estado que estuvo erigida hasta 1792. En su lugar, en 1863 colocaron la que duraría hasta nuestro días. La estatua de Jacobo Van Artevelde, conocido en Gante como el “hombre más sabio”. Su importancia radica en que ayudó a eliminar los problemas entre Inglaterra y Bélgica sobre los bloqueos de Inglaterra a la industria textil gantesa. Gracias a su actuación, la industria volvió a conocer el apogeo. Sin embargo, la suerte de este afamado hombre no duraría y finalmente fue asesinado por Inglaterra. Como anécdota, solamente tienes que seguir la dirección de su brazo para conocer dónde se encuentra Inglaterra.
Hoy apenas quedan edificios de la época medieval en la plaza del Vrijdagmark, pero hay uno que aún sigue en pie. Es el Toreken. Búscalo. El Toreken era el edificio del gremio de los curtidores. Tiene una torre con una campana desde donde se anunciaba la apertura y el cierre del mercado. Hoy es la sede del Centro de la Poesía. Sobre ella hay una veleta con una figura muy popular en las historias de caballeros medievales: el hada Melusina, una mujer condenada a convertirse en sirena (con cola de serpiente) todos los sábados. Búscala mirándose eternamente en su espejo.